
Sentados bajo las estrellas en una noche no tan cálida de verano, los árboles eran presa del viento y nosotros…de los mosquitos.
Damián Ramil, “el Árabe”, de Naranjos, terminó hace minutos la prueba de sonido en el escenario principal de Anestesia y después de chistes y monólogos que hicieron de antesala a la entrevista, el parque de Anestesia nos prestó un espacio para hablar. Él dice que es feliz pero que la palabra ‘artista’ le queda grande…y entonces pienso en silencio si llamarlo actor, músico, compositor, poeta o intérprete…
-¿Cómo se prepara Naranjos para el show?
-Cuando tenemos una fecha, lo que hacemos es preparar las canciones que queremos tocar, generalmente las preparamos los dos últimos ensayos previos a la fecha. Nosotros le damos mucha pelota a eso, ensayamos tres veces por semana y le damos masa.
-¿En base a qué eligen las canciones?
-A las que tenemos ganas de tocar…Igual, recién sacamos nuestro tercer disco (Existe) y estamos defendiendo esas canciones, o sea que en las listas siempre hay una predominancia de lo último, en un 70 por ciento te diría que tocamos lo último y después vamos mechando canciones viejas que queremos tocar.
-¿Seguís pensando que las bandas como Naranjos no tienen espacios para tocar?
-Mira, éste es un nuevo espacio y por eso estamos acá, no solo por amistad y porque apoyamos de todo corazón que esto surja adelante, sino porque es un espacio necesario, es una voz más, un lugar nuevo para poder expresarse. Porque no solo las bandas como nosotros no tienen lugar, las bandas no tienen lugar, por eso que se abra este espacio multicultural, donde hay varios lugares donde la gente puede tocar, con un clima hermoso, con el respeto que se ve que hay por la gente, por las comodidades que tiene el lugar y por el trato personal, eso se celebra.
-Estaría bueno que haya más lugares así…
-¡Ojala, ojala se abriera uno por año de esta magnitud! Porque no solo es una inversión económica sino una inversión del alma, espiritual, hay mucha gente que pone un montón de cosas y se nota. Por eso nosotros estamos acá y estamos contentos; y te insisto, todavía las bandas como nosotros no tienen lugares para tocar, hay una insuficiencia del espacio y esto es una bocanada alegre de aire nuevo, de alegría, está buenísimo el lugar.
Y nos quedamos mirando el parque, el cielo descubierto, las luces y las mesas que esperan la apertura para que empiece el show… y mientras tanto recordó cuando era profesor en el Rojas y las ganas de volver al origen: las tablas
-El teatro está clavado en mi como un puñal en la sangre, dice el tango, lo que pasa es que con Naranjos me complete, porque puedo poner lo que escribo, cada canción es una escena, un capítulo de una historia. Nosotros venimos de las tablas y lo que tiene la banda es que se completa con eso, no solo con las puestas en escena, sino también con la poética, la banda le da mucha pelota a las letras, a la poética existencialista, nosotros tratamos de quebrar las paredes, de que la energía fluya y avance como un viento, y a eso le damos pelota.
-¿Cuánto de actor y cuánto de músico arriba del escenario?
-No… eso ya se ha mezclado. Yo soy como una mixtura…creo que la palabra artista me queda grande, pero sí soy un tipo que dio pasos en el tablado del teatro, que se animó a tener una banda, que se anima a cantar, con las limitaciones que uno tiene y que eso en su conjunto, me hacen feliz, me completan.
Pero no solo arriba del escenario el arte fluye. El disco Existe tiene una artística original que fue elaborada por la banda y el artista Pablo Candiloro: los dibujos de la tapa pueden intercambiarse “según el estado de ánimo” de cada uno.
Pero los mosquitos interrumpieron la charla y unos pasos más adentro, en el bar de Anestesia, el Árabe habló de las proyecciones de Naranjos para el 2010.
-Queremos abrir un poco el camino de los escenarios, abrir el camino de los barrios, de los lugares donde podamos tocar para que nos escuche la mayor cantidad de gente posible. Seguir componiendo canciones, seguir tratando de ser felices con esto, luchándola, remándola. Porque mas allá de que uno a veces le pone cierto dramatismo, o se cree que todo el arte está revestido de un sentimiento trágico casi implícito, algunos son un poco más felices… nosotros tratamos de ser felices y eso está buenísimo, porque somos una banda optimista, esperanzadora.
Tras palabras, el show
Sacalo Crudo y El Visir fueron la previa de Naranjos, que comenzó el show con el clásico “Sueño con serpientes”, de Silvio Rodríguez, para seguir más tarde con “Infeliz”, “No podés”, “Calle”, “Trompada” y más temas de su último disco.
Antes de la llegada de Beto Olguín y su sorpresiva, y siempre bienvenida, subida al escenario para cantar “Rascas la olla”, el Árabe saltó de las tablas para cantar “Calle/Noche” y se echó a correr entre la gente hasta llegar a la calle con el micrófono en mano y una manada de gente detrás.
Una vez adentro, el público se dividía con Eche, palillos en mano, los graves de Bruno más las guitarras de Nacho y Japi que no paraban de sonar y el bar de Anestesia, donde el cantante seguía haciendo de las suyas entre las mesas y sillas del local.
Naranjos es música y es arte, es fuerza y espiritualidad.
Damián Ramil, “el Árabe”, de Naranjos, terminó hace minutos la prueba de sonido en el escenario principal de Anestesia y después de chistes y monólogos que hicieron de antesala a la entrevista, el parque de Anestesia nos prestó un espacio para hablar. Él dice que es feliz pero que la palabra ‘artista’ le queda grande…y entonces pienso en silencio si llamarlo actor, músico, compositor, poeta o intérprete…
-¿Cómo se prepara Naranjos para el show?
-Cuando tenemos una fecha, lo que hacemos es preparar las canciones que queremos tocar, generalmente las preparamos los dos últimos ensayos previos a la fecha. Nosotros le damos mucha pelota a eso, ensayamos tres veces por semana y le damos masa.
-¿En base a qué eligen las canciones?
-A las que tenemos ganas de tocar…Igual, recién sacamos nuestro tercer disco (Existe) y estamos defendiendo esas canciones, o sea que en las listas siempre hay una predominancia de lo último, en un 70 por ciento te diría que tocamos lo último y después vamos mechando canciones viejas que queremos tocar.
-¿Seguís pensando que las bandas como Naranjos no tienen espacios para tocar?
-Mira, éste es un nuevo espacio y por eso estamos acá, no solo por amistad y porque apoyamos de todo corazón que esto surja adelante, sino porque es un espacio necesario, es una voz más, un lugar nuevo para poder expresarse. Porque no solo las bandas como nosotros no tienen lugar, las bandas no tienen lugar, por eso que se abra este espacio multicultural, donde hay varios lugares donde la gente puede tocar, con un clima hermoso, con el respeto que se ve que hay por la gente, por las comodidades que tiene el lugar y por el trato personal, eso se celebra.
-Estaría bueno que haya más lugares así…
-¡Ojala, ojala se abriera uno por año de esta magnitud! Porque no solo es una inversión económica sino una inversión del alma, espiritual, hay mucha gente que pone un montón de cosas y se nota. Por eso nosotros estamos acá y estamos contentos; y te insisto, todavía las bandas como nosotros no tienen lugares para tocar, hay una insuficiencia del espacio y esto es una bocanada alegre de aire nuevo, de alegría, está buenísimo el lugar.
Y nos quedamos mirando el parque, el cielo descubierto, las luces y las mesas que esperan la apertura para que empiece el show… y mientras tanto recordó cuando era profesor en el Rojas y las ganas de volver al origen: las tablas
-El teatro está clavado en mi como un puñal en la sangre, dice el tango, lo que pasa es que con Naranjos me complete, porque puedo poner lo que escribo, cada canción es una escena, un capítulo de una historia. Nosotros venimos de las tablas y lo que tiene la banda es que se completa con eso, no solo con las puestas en escena, sino también con la poética, la banda le da mucha pelota a las letras, a la poética existencialista, nosotros tratamos de quebrar las paredes, de que la energía fluya y avance como un viento, y a eso le damos pelota.
-¿Cuánto de actor y cuánto de músico arriba del escenario?
-No… eso ya se ha mezclado. Yo soy como una mixtura…creo que la palabra artista me queda grande, pero sí soy un tipo que dio pasos en el tablado del teatro, que se animó a tener una banda, que se anima a cantar, con las limitaciones que uno tiene y que eso en su conjunto, me hacen feliz, me completan.
Pero no solo arriba del escenario el arte fluye. El disco Existe tiene una artística original que fue elaborada por la banda y el artista Pablo Candiloro: los dibujos de la tapa pueden intercambiarse “según el estado de ánimo” de cada uno.
Pero los mosquitos interrumpieron la charla y unos pasos más adentro, en el bar de Anestesia, el Árabe habló de las proyecciones de Naranjos para el 2010.
-Queremos abrir un poco el camino de los escenarios, abrir el camino de los barrios, de los lugares donde podamos tocar para que nos escuche la mayor cantidad de gente posible. Seguir componiendo canciones, seguir tratando de ser felices con esto, luchándola, remándola. Porque mas allá de que uno a veces le pone cierto dramatismo, o se cree que todo el arte está revestido de un sentimiento trágico casi implícito, algunos son un poco más felices… nosotros tratamos de ser felices y eso está buenísimo, porque somos una banda optimista, esperanzadora.
Tras palabras, el show
Sacalo Crudo y El Visir fueron la previa de Naranjos, que comenzó el show con el clásico “Sueño con serpientes”, de Silvio Rodríguez, para seguir más tarde con “Infeliz”, “No podés”, “Calle”, “Trompada” y más temas de su último disco.
Antes de la llegada de Beto Olguín y su sorpresiva, y siempre bienvenida, subida al escenario para cantar “Rascas la olla”, el Árabe saltó de las tablas para cantar “Calle/Noche” y se echó a correr entre la gente hasta llegar a la calle con el micrófono en mano y una manada de gente detrás.
Una vez adentro, el público se dividía con Eche, palillos en mano, los graves de Bruno más las guitarras de Nacho y Japi que no paraban de sonar y el bar de Anestesia, donde el cantante seguía haciendo de las suyas entre las mesas y sillas del local.
Naranjos es música y es arte, es fuerza y espiritualidad.